¡Otro año más que vamos a Madrid para visitar al Cristo de Medinaceli!. Este año hemos sido unos pocos menos, pero no por ello hemos dejado de pasarlo bien y de disfrutar de un día de ocio en la capital, que para eso brinda más oportunidades que ningún otro sitio.
Salimos de Villamanrique con cierto retraso, pero hicimos un alto en el camino para regalarnos un merecido desayuno que nos hiciera coger fuerzas para el día que nos esperaba.
Todos con algo ya en el cuerpo, nos dispusimos a ir subiendo en el autobús y ya empezaron las risas y los chistes, lo que hizo que el recorrido hasta Madrid nos pareciera aún más corto.
Llegamos a Neptuno y de forma ordenada nos dirijimos a la Basílica.
Como ya he dicho, llegamos tarde, y la misa ya había comenzado, pero todos muy pacientes esperamos a que terminara para poder subir al altar del Cristo. Entre tanto, ya iban llegando familiares de unos y otros, lo que hizo que el grupo aumentase.
A la salida, las obligadas compras de los recordatorios. Desde aquí, unos ya decidieron irse con sus familias a pasar el día, y el resto nos dirijimos hacia la zona de Sol y Plaza Mayor para empezar con la ruta gastronómica y de compras.
Como el año pasado pudimos ver el interior del congreso, seguimos camino hacia la zona Centro.
A Angelita y Cipria les hacía ilusión dejar plasmado en una foto su paso por Madrid, disfrutaron mucho y pudieron ver a sus nietos.
Este año, en lugar de seguir la Carrera de San Jerónimo hacia Sol, pensamo tomar otra dirección para que la gente pudiese conocer otra zona. Aquí estamos pasando por la Plaza Santa Ana, al fondo el teatro Español, y a nuestro alrededor, mucha gente disfrutando en un montón de terrazas.
Mercedes y Satur en Sol. Al fondo, si lo podeis apreciar, la calle Preciados "hasta la Bandera". En este punto, el Kilómetro Cero, es donde quedaríamos a las 6 de la tarde para dirigirnos al teatro.
Llegando a la Plaza Mayor...
...donde siempre están las típicas estatuas. Esta era muy revoltosa...
...y les hizo correr a algunas,
Aquí, en el típico Mercado de San Miguel, precioso por dentro y por fuera, donde se pueden degustar gran variedad de tapas y delicatessen, no a módico precio, pero bueno, un día es un día.
Tras el tiempo libre de la comida, cogimos la calle Alcalá hacia abajo, disfrutando de las vistas que ofrecían los preciosos edificios a un lado y otro de la calle. Fue un agradable paseo.
Al fondo, la Puerta de Alcalá...
Y aquí el Teatro Infanta Isabel, donde se representaba la obra elegida, "Tócala otra vez, Sam", que resultó colosal, no paramos de reir, Luis Merlo y María Barranco lo bordaron.
Y con este buen sabor de boca, sobre las 9 de la noche y, muy a pesar nuestro, pues Madrid empezaba a vivir la noche, no fuimos a buscar el paseo de la castellana donde nos esperaba el autobús para volver a casa.
¡¡¡HASTA EL AÑO QUE VIENE!!!
